(Villancico)
En las alturas del firmamento
están todos felices y muy contentos,
porque parió la Virgen María
un infante tierno,
en el crudo rigor del invierno.
Y los angelitos…
cuando vieron al Niño chiquito
metido entre paja,
le cantaron al son de sonaja.
¡Alegría, alegría!,
que ha tenido la Virgen María
un infante tierno,
en el crudo rigor del invierno.
Y los angelitos…
cuando vieron al Niño chiquito
metido entre paja,
le cantaron al son de sonaja.
Rociera del cielo,
Reina de tu monasterio:
¡qué gitanita tu cara,
qué morenito tu pelo!
A la nana, nanita,
azúcar y canela,
el Niño chiquitito
dormido se queda.
Ángeles y serafines
velan el sueño,
de este Niño bonito
que está durmiendo,
que está durmiendo…
Y su madre vigila,
con un ojito cerrado
y el otro abierto.
Rafael Pantoja Antúnez
Qué ternura!
Precioso papá, tiene todo el encanto de tu gran sensibilidad…