Paraguas, impermeables, bolsas para protegerse de la lluvia.
Un aguacero largo y fuerte está cayendo sobre la calle.
Todos corren muy rápidos y como encorvados, tratando de escapar del agua que insistente se filtra y cuela por todas las rendijas.
Agua plena, agua buena, que limpia, moja y embellece.
Un brillo luminoso cubre las aceras, los coches y las calles.
Pequeños ríos como nervios corretean, se encuentran y se alejan formando otros rápidos cauces.
El cielo engordado de nubes es de un bello color gris oscuro y acerado.
La lluvia, fuerte y densa, potente y atrevida, es como una regalada paz, que se adentra en el corazón y en el ánimo de los que con deleite la contemplan.
12 febrero, 2018
Rosa María Blanco
Un bello canto a la lluvia, que limpia todo lo que toca y lo hace brillar.
Me encanta el olor a tierra mojada que has dejado.