Hola tranquilidad, tranquilidad que siento cuando escribo,
tranquilidad del alma, sosiego del espíritu.
Hola tranquilidad, puedo tocarte con las manos,
rebusco en ti las luces de colores que alumbren mi existencia,
rebusco en tus adentros, mis manos salen llenas.
Puedo tocarte y yo te siento,
hoy por primera vez no te he soñado,
hoy por primera vez te llevo dentro.
Hola tranquilidad, quiero que habites
durante mucho tiempo en mí, no me abandones todavía,
deja que se lo crea el alma mía.
Quiero nadar en aguas cuajadas de ilusiones,
realizar los anhelos que siempre he deseado
y, tocar las estrellas y, llegar hasta el cielo.
Hola tranquilidad, quédate un poco más,
déjame comprender que es tan sencillo,
como que la tranquilidad es un chiquillo
que debes de educar para consolidar tu realidad.
Cabalga por mi alma con un caballo blanco
que simbolice toda tu pureza,
es un alma tranquila, una verde pradera,
porque están arrancadas todas las malas hierbas.
Acompáñame siempre y no dejes nunca de alumbrarme
incluso ante la muerte, que me cubra tu manto dulcemente.
26 enero, 1999
Ana María Pantoja Blanco
Qué importante la tranquilidad. Gracias por tu poema. Gracias por compartir tu arte.
Para mí es tan imprescindible la tranquilidad del alma… Gracias a ti.
Es una belleza el poema sobre la tranquilidad.
Y comparto lo que dices.
Gracias por escribirlo.