ESCRIBO porque me salva, porque es lo único que me queda, porque fija un sonido, unas luces, el final de un acto de amor, el escenario de unas horas de deseo. Escribo porque están conmigo los que ya nunca estarán, porque bajo al mar desde la mesa donde apoyo la cuartilla y me quedo quieto en la memoria de un cuerpo, y prolongo unas voces hasta perder la noción del tiempo (días y años juntos, apretados en un instante que me deja sin defensa). Escribo porque al abrir el seno de una palabra encuentro la iluminación última del beso, porque pronuncio a solas mi única verdad; ésa que después desmiento con mi vida. Escribo porque hay un llanto íntimo que me purifica desde que comienzo a hacer signos en el papel, porque poseo las cosas desde su respiración humana y puedo habitar aquello de lo que fui desterrado. Escribo para ser joven y alimentar una esperanza radical, para tener lo que no tengo y escuchar lo que nunca me dijeron.
Escribo porque nunca fue más bello el engaño.
De mi querido amigo Javier Lostalé,
de su libro LA ROSA INCLINADA.
POETA
(Dedicado a mi poeta favorito, Javier Lostalé)
Poeta, mi poeta, con la ternura del niño impaciente
que revolotea intranquila e inquieta.
Poeta, mi poeta, buscas la inspiración que nos revela
los sentimientos escondidos en el alma incógnita y secreta.
Poeta, mi poeta, que compone poemas con la mirada pícara y honesta.
Mirada que mira más allá cada día que comienza.
Poeta, mi poeta, que salpicas el aire con la emoción que retas
buscando las palabras que muestren la voluntad del verso a tu manera.
Poeta, mi poeta, que siempre sin decirnos la evidencia nos contagias tus sueños,
tus dudas y experiencias, tus anhelos, tus deseadas quimeras.
Poeta, mi poeta, atormentado a veces por la crueldad del estéril ingenio,
transformado en cuartilla vacía e incompleta pues,
un desamparado poema sin dueño deambula perdido sin destino ni metas.
Poeta, mi poeta, renace en ti la magia cuando de nuevo sale el sol que
ilumina el talento aturdido, liberando el poema perdido
para ser convertido en un reto: la bella sinfonía de un perfecto soneto.
Poeta, mi poeta, sigue siempre soñando y escribiendo,
NO VES QUE ME ALIMENTO DE TUS VERSOS…
29 agosto, 2001
Ana María Pantoja Blanco
«La confesión» de Javier es una de las cosas más bellas que he leído, es tan auténtica…
Querida Ana:
Este blog es un verdaderio cielo para todos amantes de la poesía, un habitáculo lleno de luz, de serenidad y que irradia amor. Tus poemas Ana son un corazón que respira, y su lenguaje es muy transparente. Espero que cada vez más lectores se acerquen a este blog que puede ser una casa cálida para todos. Yo no abandonaré este lugar tan puro y tan lleno de presencias.
Gracias Javier, estas hermosas palabras tuyas son para mí un gran estímulo para seguir adelante.