Quisiera ser escultor para tallarte tu cuerpo.
No necesito que poses, no ves que te llevo dentro.
Y quisiera ser pintor igual que Julio Romero,
para pintar tu sonrisa, el color de tu moreno
y tus grandes ojos negros que son como dos luceros.
Con las espaldas al aire y un mantón de seda negro,
para que cubra con gracia tus apetitosos senos.
La mata de tu melena déjala suelta y al viento,
una rosa y un clavel reliaos en tus cabellos.
Yo quisiera ser poeta, gritar a los cuatro vientos
como está hecho tu cuerpo.
Ni escultores ni pintores hacen nada más perfecto.
Tus ojos son dos puñales que se ensartan en mi alma
anulando mi razón, atravesando mi pecho.
Y, yo quisiera ser Dios, tan sólo por un momento,
pa ponerte sentimientos… porque tú no tienes eso.
Rafael Pantoja Antúnez
(En la ilustración “La Bella Otero”, de Julio Romero de Torres)