El cine, ese prodigioso espectáculo

Ok El origen etimológico de la palabra “cine”, que deriva de “cinematógrafo”, proviene de dos conceptos griegos “kiné” y “grafos”, que significan “movimiento escrito” o “imagen en movimiento”.

Sus creadores fueron los hermanos Lumiére y la primera película proyectada en público fue “La salida de los obreros de la fábrica” en 1895. Las iniciales proyecciones fueron mudas, ya que no llegó el sonido al cine hasta 1927, cuando se estrenó «El cantante de jazz», la primera película comercial sonora.

Las primitivas cintas se proyectaban en cafés, almacenes y locales parroquiales. La dimensión industrial del cine no llegó hasta 1911, cuando se creó el primer estudio profesional en Hollywood. Desde entonces, la cinematografía se convirtió en el séptimo arte, una amalgama de muchas otras creaciones artísticas como el guion, el decorado, el vestuario, la fotografía, la interpretación y la música.

El cine es el escenario perfecto en el que destacan actores y actrices que dejan una huella imborrable en la historia de la cinematografía,  míticas estrellas que incluso, pese al paso del tiempo, nos siguen asombrando con sus magistrales interpretaciones.

La fama está garantizada, máxime si trabajas en Hollywood, que siempre se ha considerado como la cuna del éxito y de los grandes beneficios económicos, sobre todo, si resultas nominado o distinguido por los Premios Oscar, un galardón anual concedido por la Academia de las Artes y de las Ciencias Cinematográficas en reconocimiento a los profesionales de la industria del cine donde se incluyen actores, directores, guionistas y demás disciplinas. Hay otros premios, también en distintos países, pero los Oscar son los de mayor significación.

Los directores son los padres de la criatura, la esencia del arte cuando consiguen que su película sea una conjunción perfecta entre la historia, la interpretación y la técnica.

                             

El cine genera una realidad partiendo de la producción de imágenes en movimiento y sonidos, cuyo formato es la “película”, donde se plasma todo el proceso de creatividad en una secuencia de escenas en las que se narra una historia.

Las películas nos transportan a múltiples lugares donde se dan cita nuestros sentimientos porque nos pueden hacer llorar, reír, pensar y, sobre todo, entretenernos para escapar de la rutina. Sus numerosos argumentos nos permiten vivir muchas vidas, sumergirnos en universos misteriosos e inexplorados y compartir múltiples experiencias.

Son varios los géneros cinematográficos:

Drama, historias emocionales y profundas que tienen el poder de conmovernos.

Comedia, tramas que nos evaden y divierten, haciéndonos olvidar nuestras preocupaciones.

Ciencia ficción, las que tratan de explorar futuros recónditos y avanzadas tecnologías.

Acción, donde la lucha, persecuciones y gestas de temerarios héroes son sus protagonistas.

Terror, en las que monstruos desconocidos y horripilantes espíritus nos hacen estremecer de miedo.

Romance, relatos de amor y enardecida pasión a toda pantalla.

Y, el cine de Animación, que se caracteriza por no recurrir al rodaje de imágenes reales sino a una o más técnicas de animación.

Las adaptaciones de libros al cine son un verdadero reto, ajustar una novela a la gran pantalla implica sacrificar infinitos detalles, ya que la literatura puede explorar con más detenimiento los pensamientos internos de los personajes. Los directores y guionistas deben tomar decisiones controvertidas al recortar la enjundia de la historia por la exigencia de acomodarla a un género más concreto, visual y auditivo.

Para adecuar las novelas al cine se debe establecer un necesario equilibrio entre la fidelidad al material original y la necesidad de crear una obra cinematográfica independiente, el prodigio radica en encontrar el balance perfecto. Los lectores que tienen una conexión emocional con los libros esperan que las películas capturen la esencia y la magia de la historia original, por eso surge la desilusión y muchas críticas si no lo consiguen.

El cine es el vehículo que nos permite visualizar mundos imaginarios de una manera única, los efectos especiales pueden enriquecer la experiencia, en particular ahora que los avances tecnológicos consiguen plasmar un absoluto realismo sin precedentes. Ver lugares, criaturas y eventos en la pantalla grande agrega una nueva dimensión a nuestros sentidos.

El cine ha tenido un impacto profundo en la humanidad a lo largo de su historia. Refleja y moldea la cultura, los valores y las creencias de una sociedad. A través de las películas se pueden transmitir tradiciones, costumbres y formas de vida.  Y ha sido, igualmente, una poderosa herramienta para desafiar normas sociales abordando temas controvertidos como el racismo, la igualdad de género y los derechos civiles.

De la misma manera, las películas y documentales también son fuentes fundamentales para difundir conocimiento. El cine nos enseña y nos inspira. Asimismo, ha tenido el poder de crear conciencia sobre problemas globales como el cambio climático, la pobreza o los conflictos bélicos.

En definitiva, el cine es el fiel espejo en el que se refleja nuestra humanidad, un puente perfecto que conecta culturas y una ventana al mundo y a otros mundos, sin otro límite que el que quiera establecer nuestra imaginación.

Y en la sala de cine, las butacas susurran secretos, el celuloide cobra vida en la penumbra, los actores aparecen con sus rostros inmortales, eternos, y los espectadores se sumergen en un océano de emociones entre risas y lágrimas.

Después, cuando se encienden las luces, los asistentes regresamos a la realidad con el corazón lleno de imágenes y el alma transformada por el séptimo arte. Así es el cine, un prodigioso espectáculo.

17 abril, 2024
Ana María Pantoja Blanco

Frases inolvidables de la cinematografía:

Más madera…. Es la guerra… Necesitamos más madera…

Tócala de nuevo Sam…

Que la fuerza te acompañe…

La vida es como una caja de bombones, nunca sabes que te va a tocar…

Escogí mal día para dejar de oler pegamento…

Tí tiritiritiritiriti… aplaude hijo que llega el séptimo de caballería…

Hola vaquero… hay dos tipos de hombres, los que llevan las pistolas cargadas y los que cavan fosas…

Date prisa coge la bolsa grande de palomitas. Fila 10, butacas 62 y 63, jolin no puedo ver bien la pantalla con la cabeza de ese tío…

Mi nombre es Bond, James Bond…

Señor…. Si señor…

Nadie es perfecto…

Hasta el infinito y más allá…

Teléfono… mi casa…

En ocasiones veo muertos…

Soy satánico y de Carabanchel…

Voy a hacerle una oferta que no podrá rechazar…

Houston… Houston… Tenemos un problema…

Mi tesoro…

Ningún problema debe hacerte sufrir… Hakuna matata…

La última vez que estuve dentro de una mujer fue cuando estuve visitando la Estatua de la Libertad…

Y pongo a Dios por testigo de que nunca más volveré a pasar hambre…

Póngame un “vodka martini” mezclado no agitado…

Cinco y acción… corten… corten…

No te enteras ni del Nodo…

Pepita, menuda película que te has montado…

Dejame tranquilo, no me cuentes tus películas…

Esto parece una película de terror…

Esos llevan una vida de película…

Me estas mintiendo, que buena actriz habrías sido…

Sayonara baby…

La parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte…

Siempre nos quedará Paris…

Pero eso ya es otra película…

Rosa María Blanco

9 comentarios en «El cine, ese prodigioso espectáculo»

  1. Ana, qué buena síntesis. Felicitaciones.

    Voy a aprovechar para dejarte algunas frases más (no me puedo resistir).

    Algunas de Groucho, que son geniales:

    «Estos son mis principios, si no le gustan, tengo otros.»

    «Es mejor estar callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente.»

    «Nunca olvido una cara, pero en su caso, estaré encantado de hacer una excepción.»

    «Disculpen si les llamo caballeros, pero es que no les conozco muy bien.»

    «Jamás aceptaría pertenecer a un club que admitiera como miembro a alguien como yo.»

    Y para terminar, algunas extraídas de la película «El Manantial» (The Fountainhead, 1949), adaptación de la novela homónima de Ayn Rand. Esta película la vi por primera vez cuando era una cría y a lo largo de los años la he vuelto a visualizar un puñado de veces y siempre le saco algo más. Tambien terminé por leer la novela y no hace falta decir que ambas son de mis favoritas. Quizás las únicas que no han sido desbancadas por otras con el paso del tiempo. El mensaje que transmiten me ha marcado como persona, antes y ahora. Te las recomiendo a ambas (la película tiene el plus de ver a Gary Cooper en uno de los mejores papeles de su carrera), y su alegato final, del que están extraidas, es memorable y una de las escenas icónicas del cine a mi entender. Aquí te las dejo.

    «El hombre no puede sobrevivir si no es a través de su mente. Llega al mundo desarmado, su cerebro es su única arma.»

    «Todas las razones que hacen que el inicio de fuerza física sea un mal absoluto, hacen que el uso defensivo de la fuerza sea un imperativo moral. Si una sociedad «pacifista» renunciase al uso defensivo de la fuerza, quedaría indefensa a merced del primer matón que decidiese ser inmoral.»

    «Miles de años atrás, un gran hombre descubrió cómo hacer fuego. Probablemente fue quemado en la misma estaca que había enseñado a encender a sus hermanos, pero les dejó un regalo inimaginable al hacer desaparecer la oscuridad de la tierra.»

    «A través de los siglos hubo hombres que dieron los primeros pasos por nuevos caminos armados tan solo con su propia visión. Sus objetivos eran diferentes, pero todos tenían esto en común: El paso era el primero, el camino nuevo, la visión original, y la respuesta que recibieron: Odio […] Pero los hombres de visión original siguieron adelante. Lucharon, sufrieron y pagaron su precio. Pero ganaron.»

    «El interés del creador es conquistar la naturaleza. El interés del parásito es conquistar a los hombres.»

    Responder

Deja un comentario