Hojas de otoño que tan admirablemente envejecen, con tanta honestidad y orgullo por el deber cumplido, porque así es su destino, en busca de la tierra que ahora le va mostrando su camino.
Hojas suspendidas en el aire jugando a dar saltitos, haciendo piruetas, ejecutando un ballet radiante de reflejos, tonalidades y matices, flotando entre los vientos.
El árbol de dónde se separan se está preparando para descansar, por eso se desnuda, dejando caer al suelo sus hojas ya caducas formando una capa de increíbles tonos dorados que alfombran el paisaje.
Cuando la bendita lluvia llegue, aportará su humedad a las hojas caídas para fertilizar la tierra, tan beneficiosa para hacer el milagro del resurgir de la naturaleza al despuntar la primavera.
Las hojas mueren para luego retoñar fuertes y renovadas, cuando nos lo anuncie el canto de los pájaros que emigraron para volver más tarde a anunciarnos la buena noticia.
No hay nada más bello que los colores del otoño, donde triunfan los rojos, azafranes y ocres componiendo un paisaje de extraordinaria belleza y armonía, una acuarela embriagadora de tonos y rubores.
Contemplo el panorama y los versos resbalan de mis ojos, bañándose en mis lágrimas, emocionados por tanta hermosura, porque no hay espectáculo más perfecto.
Cómo me gustaría saber pintar esos colores del otoño que tanto me seducen e hipnotizan, guardarlos para mí y contemplarlos cuando quiera con un atrevimiento y afán sereno para reposo de mi alma.
Y lo reafirmo, no hay nada más hermoso que los colores del otoño…, otros renacerán mañana con asombroso ahínco, pujantes y diversos, cuando el sol se lo ordene, llenos de vida y sueños.
2 octubre, 2023
Ana María Pantoja Blanco
Qué semblanza más certera del Otoño, llena de sensaciones, pasión y belleza, me gustó mucho.
Muy acertada la descripción de las emociones y sensaciones que provocan los paisajes otoñales.
Es el ciclo vital que a todos nos envuelve. Muy bella la pasión serena que trasmites.
Sencillamente, me encantó.
Me ha encantado esa maravillosa reflexión. Un extraordinario momento para la introspección y el recogimiento. Gracias Ana por tu regalito.