Un abanico en Sevilla, de Rafael Pantoja Antúnez

Un abanico en Sevilla, es un par de banderillas.

Un abanico en Sevilla, es un fandango con aire.

Un abanico en Sevilla, es una media con arte.

Un abanico en Sevilla, es para esconder la cara
de una gitana bonita.

Un abanico en Sevilla, en la Real Maestranza,
es un ¡olé! y un suspiro con un ¡ay!

Cuando el torero está bien, abaniqueo muy deprisa,
un ¡olé! y una sonrisa.

Cuando el torero es cogido y tendido en el albero,
es un ¡ay! con un suspiro, y el abanico se cierra.

¡Qué de cosas dice un abanico, siendo una cosa tan chica!

Las varillas de madera de cedro, la tela tiesa y planchada,
los pliegues almidonados.

Algunos derrochan arte, pues son pintados a mano
por un pintor sevillano.

Dos Esperanzas toreras que también son de Sevilla:
de Triana y Macarena, los dos barrios de bandera.

¿Ha visto usted cuántas cosas dice una cosa tan chica?

Y todas son de Sevilla… ¡Mire usted, qué maravilla!

Rafael Pantoja Antúnez

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