Risata fragorosa

Adoro tu risa… Cuando te oigo reír se esfuman todos mis miedos, ahora puedo sentir como la serenidad ha retornado a tu espíritu. Veo que eres feliz porque te ríes con toda el alma, liberando todas las tensiones pasadas. Se que te aprecias y te valoras, creo que es eso lo que alimenta tu felicidad y, a mí, eso me tranquiliza sobremanera.

Cuando tú estás bien, yo estoy bien y todo está bien. Eres todo en mi vida y por eso formas parte de mí. Todo lo que yo ansío en este mundo es verte y sentirte feliz.

La risa es nuestro secreto mejor guardado, con ella siempre hemos superado la cruel realidad por muy dura que fuera, relajando la tensión de tantas y tantas situaciones que antes nos agobiaban. Y ahora, por fin, vuelvo a escucharla… Adoro el maravilloso estrépito de tu risa, ese que hacía tanto tiempo que no oía me llena ahora de confianza en un futuro cierto.

Cuando reíamos juntos y reíamos abundantemente, nuestros cuerpos y nuestras mentes entraban en un estado armonioso de relajación, felicidad y plenitud, ese estado por mí tan añorado.

Y, de nuevo, siento nuestra risa como una extraordinaria forma de terapia para poder volver a afrontar nuestra vida con alegría, sin inhibiciones que impidan nuestro crecimiento personal, ahora imparable.

Ya ves amor, ya pasó lo peor. Superamos el mal, solo queda olvidar el daño que nos hizo… Tu limitado mundo ahora ha cambiado, un sol radiante ha salido a tu encuentro resplandeciendo nuestras ansiadas y trastocadas ilusiones. Buscamos nuestra felicidad y la creamos.

Hay una maravillosa palabra que hoy quiero compartir contigo: risata fragorosa significa carcajada en italiano. Me gusta mucho risata porque me suena a catarata, a luz y agua que manan a raudales, y es eso todo lo que necesitamos ahora para que brote y renazca en nuestras vidas la perdida esperanza…

Cariño, nos iremos a Italia a celebrarlo y a reír a carcajadas… Viajaremos a Roma, la hermosísima ciudad del amor.

17 octubre, 2011
Ana María Pantoja Blanco