¡Qué nunca nos falte la ilusión de la Navidad!

(Poema de Navidad)

Me gusta la Navidad, que le voy a hacer, desde muy pequeña…

Me sigue ilusionando enviar crismas a mis seres queridos y a mis amigos, y lo sigo haciendo.
Me encanta desearles lo mejor, a la vez que recuerdo todos aquellos buenos momentos que juntos compartimos.
Y, de alguna manera, me gusta decirles que son y significan algo muy importante en mi vida.

Los tiempos han cambiado y, lamentablemente, hoy en día la Navidad es muy virtual,
ya son pocas las personas que escriben una tarjeta personal.
La mayoría se limita a enviar un deprimente mensaje genérico con las últimas simplezas y ocurrencias.

Y también, desgraciadamente, la Navidad ahora llega revestida de un feroz consumismo…
¡demasiados excesos!… una gran injusticia para todos aquellos que no se lo pueden permitir.

Yo creo que antes todo era mucho más sencillo, no había necesidad de organizar una gran fiesta,
bastaba con reunirse en familia a compartir la mesa, puesta con más amor que lujos,
para juntos saborear los tradicionales platos que con tanto cariño preparaban nuestros padres.

Y, luego, se cantaban villancicos y canciones populares que a todos nos alegraban.
Y, hasta podían caer algunos regalitos, adquiridos con gran esfuerzo,
que a los niños nos llenaban de ilusión pues aún sabíamos apreciarlos.

Aunque la Navidad se ha desvirtuado de forma considerable, aún me siguen alegrando sus colores…
Y las luces de la ciudad vestida para la ocasión, y el Árbol, y el Belén y los Reyes que son tan nuestros.

Adoro también el olor de las cocinas anunciando la riquísima cena,
y el perfume de las mujeres de mi familia arregladas, más bonitas si cabe, para celebrar la Navidad.

Tienen mucha razón algunos cuando cuestionan:
¿Por qué tenemos que ser mejores en Navidad y no en cualquier otro momento del año?
Supongo que es porque la Navidad es como una tregua, no basta con parecer amable y afectivo, hay que intentar serlo.
Y, tratar de olvidar las añejas rencillas compartiendo el encantamiento, prometiendo también serlo en un futuro
repleto de tantos buenos propósitos, que en su mayoría quedan en nada, pues pocas veces los cumplimos.

Hay algo que me inquieta sobre manera, no podemos hacer un verso de Navidad sin acordarnos de todas
aquellas personas que lo pasan mal porque, a veces, la vida puede llegar a ser brutalmente cruel e injusta.
Para ellos sinceramente pido qué no les falte nada y qué Dios les compense llenándolos de amor y de esperanza.

Y, aunque sea un tópico repetido hasta la saciedad, quiero que haya paz y reine la concordia en el mundo,
que unidos aportemos lo mejor de nosotros mismos a los demás y que juntos aprendamos a valorar que “existir”,
es un precioso regalo que debemos aprovechar y agradecer cada día.
Y,… ¡qué no nos falte nunca la ilusión ni jamás dejemos de soñar!

Porque, conforme pasan los años cambian las prioridades en la vida, en concreto las mías,
creo que la madurez me ha hecho más sensata y realista.
Ahora tan sólo quiero tranquilidad, salud y, lo mejor para los míos y para mi pareja,
la persona con quien quiero compartir el resto de mi vida.

Mi regalo, mi amor, es un humilde poema… ¡porque tú eres mi Navidad!

13 diciembre, 2018
Ana María Pantoja Blanco

3 comentarios en «¡Qué nunca nos falte la ilusión de la Navidad!»

  1. Hola Ana…amiga,
    Bonito poema, escrito desde tu gran corazón, repleto de esas entrañables costumbres un poco lejanas que hemos vivido junto a nuestros seres más queridos y amigos. Aunque algunos ya se nos fueron …. permanecen dentro de nosotros.
    En estas fechas, siempre que abrimos nuestro buzón esperamos encontrar vuestra felicitación navideña …. y nunca fallan nuestros amigos !!. Os queremos
    Feliz Navidad 🎁🎄
    Maricarmen&Dani

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