Héroes de la heroína

Su infancia gris nada envidiable…
Era el hijo menor de cinco hermanos, el hijo de un borracho, de un don nadie.

A su madre la perdió siendo muy chico,
no tenía aún ni siete años, víctima de los malos tratos y los gritos.

Él se crió en la calle como sus hermanos y,
a ese padre, sin serlo, se le fue de las manos.

Como tantos muchachos hoy perdidos se metió en el oscuro infierno de las drogas,
como tantos muchachos que se nos han ido.

Robaba, delinquía, a veces se prostituía… así era su negro pasado,
así se apagaba un poco cada día para conseguir su dosis de caballo.

Con diecisiete años lo encontraron tirado en un portal en agonía.
En ambulancia blanca le llevaron para intentar salvarle su no vida.

El veneno que la heroína en él había dejado estaba deteriorando todo su ser,
parecía un esqueleto con rasgos desencajados, los temblores del mono casi acaban con él.

Cuando pasó la peor de las experiencias allí estaba ella, una mano amiga,
para sacarle del hoyo y del olvido pues, ya había pasado por la misma senda.

Estaba y se ocupaba de él a todas horas, le acompañaba soportando su rebeldía y desvaríos,
intentaba ayudarle en lo que ella conocía de sobra.

Un día, los grandes ojos azules del muchacho empezaron a distinguir luz en la oscuridad…
… tenía a alguien y, se estaba empezando a recuperar.

Empezó a ilusionarse y a comprender que la vida merecía la pena.
Qué también podría ayudar a personas que estaban como él a dejar su vicio y su condena.

Estos jóvenes, porque lo son todos casi siempre, no son héroes de guerra,
son personas corrientes a los que la miseria y el olvido han llevado por malos caminos,
personas muy valientes.

Espíritus de luz que te salvan la vida…
¡Héroes de la heroína!

24 diciembre, 1998
Ana María Pantoja Blanco

4 comentarios en «Héroes de la heroína»

  1. Éste poema me ha emocionado y ha evocado recuerdos amargos de amigos q perdieron su vida por culpa de la maldita heroína..tambien compartíeron jeringas y se contagiaron del VIH y tuvieron q vivir en silencio la maldita enfermedad por miedo a la exclusión social..precisamente estos niños eran niños q vivían en barrios caros..con padres médicos…militares y economistas.. Con una educación exquisita.. Pero el maldito caballo les arrebato también sus vidas….

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  2. Sí, el caballo de la muerte no discrimina y, lamentablemente, se lo lleva todo por delante y muchas personas queridas se nos han quedado en el camino…
    Aunque, nunca debemos perder la esperanza. Hay que buscar ayuda y luchar a brazo partido para salir de este infierno porque existen muchos ángeles que nos pueden ayudar. Gracias por tus palabras.

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  3. Jopeta niña, qué bien lo haces.
    Al leerlo tengo un nudo en la garganta y las lágrimas se me escapan a pesar de intentar reprimirlas. Afortunadamente no he tenido a nadie cercano con ese horror encima. Mi hermano se conforma con los petas de toda la vida y se cultiva su maría, que es un poco más sano, dice el capullo.
    Me encanta todo lo que te leo y me alegro muchísimo de que hayas querido compartir tu don, la escritura, con tus amigos, entre los que tengo la suerte de encontrarme. Gracias por ello. 😘😘😘

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